Un hisopo de algodón, el palo con el que sujetas el globo, la bombilla, el envase del delivery de comida, la botella de agua que compras en los días de calor. Todos estos son plásticos de un solo uso y constituyen el 80% de la basura que llega a nuestros mares.

 

Desde que en 2015 la bióloga marina Christinne Figgener, mostró el video cuando extraía una bombilla de la nariz de la tortuga marina, el mundo comenzó a tomar conciencia sobre el daño que los plásticos de un solo uso estaba generando a la vida salvaje.

 

Hoy día, son muchos los países que han tomado medidas para reducir el consumo de plásticos de un solo uso. Chile es el primer país de Latinoamérica que prohibe el uso de bolsas plásticas. Indica Mauricio Ceballos, coordinador de la Campaña Chile sin Plásticos de Greenpeace: “No solo nuestros océanos y animales marinos sufren esta adicción a los plásticos, sino también todos nosotros. Si bien todavía hay mucho que aprender sobre todos los impactos de los plásticos en la salud humana, sabemos lo suficiente como para adoptar un principio de precaución y comenzar a eliminarlos para siempre.

 

Asimismo, el Parlamento Europeo y el Consejo dictaron una prohibición de uso para el año 2021 de una serie de productos plásticos que van desde cubiertos desechables, vasos de polietileno, hasta las bombillas. Adicionalmente el acuerdo prevé reforzar el principio de «quien contamina paga», un sistema para que el coste de la recolección de las redes de pesca perdidas en el mar recaiga en los fabricantes y no en los pescadores.

 

También la Organización de Naciones Unidas (ONU) presentó un informe especial que se llama «Plásticos de un solo uso: una hoja de ruta para la sustentabilidad”, el cual muestra un panorama de la contaminación por plásticos en 2018 y expone una lista de mejores prácticas y lecciones aprendidas de casos puntuales de intervención gubernamental.

 

 

Plásticos de un solo uso en cifras:

 

  • 13 millones de toneladas de plástico se vierten en el océano cada año (es como un camión de basura cada minuto).
  • Chile produce hasta 25 toneladas de desechos plásticos cada año.
  • 400 años puede tomar al plástico en degradarse en el medio ambiente.
  • Una bombilla de plástico puede tardar hasta 200 años en descomponerse.
  • 38.000 bombillas utiliza cada persona a lo largo de su vida.
  • 50 billones de bolsas de plástico se consumen anualmente en el mundo.
  • 50% de los plásticos que consumimos son de un solo uso.
  • 100.000 animales marinos mueren a causa del plástico cada año.

 

Por todas estas razones, es hora de reducir al mínimo el consumo de plásticos de un solo uso. Si no puedes resistir la tentación de tomar tu bebida con bombilla, puedes elegir alguna alternativa más sostenible como las bombillas ecológicas. Así, te unes a la campaña del Ministerio del Ambiente, #ChaoBombillas . Como ciudadano, puedes hacerlo pidiendo bombillas de papel; como empresa, puedes unirte voluntariamente y alcanzar resultados como los de Atacama, donde gracias al esfuerzo público y privado, se han logrado reducir el consumo de 260 mil bombillas de plástico.

 

La decisión de tener un Planeta más sustentable, está en nuestras manos.

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