Cuanto más urbanizado e industrializado se vuelve un país, más basura produce.

Según Ede Ijjasz-Vásquez, director de Desarrollo Urbano y Territorial, Gestión de Riesgos de Desastres, y Resiliencia del Banco Mundial, cada año, las naciones del mundo producen 1.300 millones de toneladas de desechos. En el caso de Chile, las estadísticas son alarmantes: se generan casi 21 mil toneladas diarias de residuos al año, siendo el país con mayor producción per cápita de basura en suramérica, según Greenpace .

La acumulación de basura está asociada a malos olores, a la contaminación ambiental y a problemas de salud pública. El mal olor de la basura se produce por la descomposición de los desechos, que pueden producir la liberación de gases como el metano o patógenos que se liberan al aire.

No solo los planteles o granjas porcinas son fuente de olores que molestan a trabajadores, visitantes y comunidad; cualquier establecimiento con actividad humana o animal, produce basura, que debe ser debidamente gestionada.

En los contenedores de basura residenciales están mezcladas comida —que se descompone rápidamente— desechos orgánicos de los baños, e incluso, sustancias químicas. En los centros de salud se encuentran residuos farmacológicos, biológicos y también restos de alimentos. En los restaurantes, cafés, casinos, automercados, se acumulan restos de verduras, carnes, pescados y mariscos, que al descomponerse, atraen bacterias y producen olores molestos.

¿Qué hacer para eliminar los malos olores de las salas de basura?

Instalar un sistema de purificación del aire que procese las partículas que producen el mal olor, las destruyan y emitan al mismo tiempo un aroma neutro que dé al ambiente mejor calidad de aire.

La Organización Mundial de la Salud define cuatro características para los olores:

  1. intensidad, entendida como la fuerza de la sensación percibida;
  2. calidad, que es el carácter diferenciador de un olor, lo que permite identificarlo;
  3. aceptabilidad, como el grado de gusto o disgusto de un olor, y
  4. umbral del olor, como la concentración mínima de un estímulo odorífico capaz de provocar una respuesta.

Muchas veces, buscando “soluciones” a la intensidad de los malos olores, los responsables de mantención de edificaciones tratan de enmascarar los olores de shafts y salas de basura con ambientadores, que en lugar de eliminar los malos olores, empeoran la situación. Un control efectivo de olores requiere: limpieza, sanitación y desinfección de ductos bajantes y cuartos de basura, y al mismo tiempo la purificación del aire donde se almacenan los desperdicios antes de su deposición final.

En nuestra experiencia, la ionización del aire y la purificación con ozono proporcionan la mejor solución para eliminar las bacterias que producen los malos olores de las salas de basura, y al mismo tiempo es un sistema que distribuye un agradable aroma y permite a los trabajadores de estas áreas, tener mejor calidad de vida y evitar enfermedades profesionales.

A diferencia de los purificadores de aire convencionales, el ionizador utiliza iones (partículas con carga eléctrica) para eliminar partículas microscópicas del aire y hacer que sea más saludable el aire. Al mismo tiempo, el ionizador elimina los malos olores y contaminantes proporcionando una sensación de frescor que resulta muy agradable.

Combinado con el ozonizador, se mejora aún más la calidad del aire, porque lo desinfecta y neutraliza los olores ambientales.  

Nuestro Sistema de Seguridad Social obliga a disminuir o eliminar las fuentes de riesgos laborales y brindar de protección en todas aquellas situaciones que puedan romper el equilibrio físico, mental y social de los trabajadores.

Mejorar la calidad del aire de las salas de basura, en donde el personal de mantención puede pasar muchas horas de trabajo, es fundamental para garantizar su salud y también la de las comunidades.

 

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